Ese momento, ese preciso momento cuando contemplo una obra artística.
¿Cuál es motivo por el que existe una obra de arte? Respuestas diversas pueden abordar a quien se hace esta cuestión, pero observando más allá de la intención del autor es posible encontrar una constante: El público.
Si bien la producción artística puede obedecer a una necesidad de su autor, en la mayoría de los casos existe la participación -activa o no- de un tercero, que en este caso son las personas que se acercan a apreciar la obra, por lo que entran en juego diferentes factores que acompañan la dinámica entre el artista, la obra y el público que la presencia.
Es necesario aclarar que tanto la disciplina como la corriente artística tienen una gran influencia en el desempeño de quienes aprecian la obra, ya que pueden lo involucrar en mayor o en menor medida.
En el arte tradicional la actividad que éste desempeña está situada más en la contemplación de la obra, como ejemplo la pintura ilustra esta situación, la persona se acerca al cuadro y hace un recorrido visual sobre el tema, los detalles o la técnica que se hayan empleado para crearla y después viene el proceso reflexivo.
Aunque se trate de una actividad personal, en un primer momento, y meramente mental se trata de un proceso complejo ya que involucra la carga emocional, los valores, juicios e ideas propias del espectador que son contrastadas con las del artista.
Está presente la dinámica que representa no solo estar frente a una pieza artística, también el vínculo que involucra estar frente a algo que surgió de un proceso creativo y se encuentra ahora frente a nosotros.
+info: www.elsiglodetorreon.com.mx - Guadalupe González Pineda
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